El marketing de contenidos gritón e histérico… ¡ha muerto!

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A veces, las circunstancias nos llevan a ser pesimistas. El panorama se antoja desagradable y pensamos que no hay motivos para ver el futuro con ilusión. Uno de los principales motivos es que cada día somos víctimas del apocalíptico bombardeo mediático. Prendes el televisor, sintonizas la radio, consultas internet y te enfrentas a una avalancha de malas noticias.

Una avalancha que condiciona lo que ves, lo que piensas, lo que sientes y, también, la forma en que reaccionas y cómo te comportas. Esa, quizás, es una de las explicaciones del ambiente tóxico que nos rodea: el de los gritos imperativos, la histeria colectiva, el acecho de los vendehúmo, en fin. Es como si habitáramos en una espesa jungla.

Vivimos la maravillosa era de la comunicación y de la tecnología. Un período que significa un privilegio para quienes tenemos la oportunidad de disfrutarlo. Sin embargo, también vivimos la era de la histeria colectiva, de la infoxicación, de los contenidos pornobasura, de los cortocircuitos en la comunicación. Una epidemia de la que nadie puede librarse.

Y lo peor, ¿sabes qué es lo peor? Que está por doquier. Los medios de comunicación, tanto sus versiones análogas como en las digitales; las marcas (de todos los tamaños e industrias) y hasta las marcas personales están contaminadas. ¡Sin excepción! No solo por fake-news, sino también por el marketing de contenidos basado en un estilo gritón e histérico.

¿Sabes cuál es? El de vender con amenazas, urgencias forzadas o dolor (dolor y más dolor), un estilo que ya no impacta. Sí, fue útil en el pasado, pero caducó porque se volvió el único recurso utilizado por las marcas (empresas y personas) y porque su uso fue ‘prostituido’. ¿Eso qué significa? Que se abusó de él, como si fuera una fórmula perfecta.

Todos tenemos una prenda de vestir favorita: una camiseta, un bluyín, unos zapatos, que nos encantan, nos hace sentir cómodos. Y buscamos cualquier oportunidad para lucirla, es la que elegimos para toda ocasión (inclusive, las formales). ¿El resultado? Esa prenda se desgasta rápido y dura menos de lo que desearíamos. Abusamos de ella y lo pagamos.

Eso fue lo que sucedió con ese estilo gritón e histérico de marketing de contenidos. Y también lo que les ocurrió a las marcas: las que gritan, las histéricas, ya no convencen. Solo producen ruido y, en consecuencia, ahuyentan a sus audiencias. Se trata de marcas desesperadas, sin brújula, que desconocen su esencia y son incapaces de transmitirle valor al mercado.

Son marcas débiles, que no conocen sus fortalezas, que menosprecian su potencial, que carecen de identidad. Se dedican a copiar el estilo de los líderes de su mercado, son una especie de picaflores en procura de la nueva fórmula ideal. Al final, sin embargo, dado que no son auténticas, el mercado les da la espalda y se quedan con las manos vacías. ¡Es doloroso!

En la otra orilla están las marcas que captan la atención del mercado y generan conexiones (relaciones) son las que atraen de forma magnética. Es decir, en vez de salir a perseguir a los clientes potenciales, de acecharlos, de acosarlos, de manipularlos con mensajes engañosos, son elegidas por el mercado. Seducen, conquistan, enamoran, lideran, guían, inspiran

Estas marcas dominan el juego y, por consiguiente, no necesitan gritar. Tampoco saben lo que es la histeria y, gracias a que reconocen su valor, a que poseen una propuesta de valor poderosa y atractiva, transforman atención en devoción. Más que marcas comunes son símbolos que le hablan al corazón, al sentimiento y a la emoción, no al algoritmo.

¿Cómo lo hacen? Usan el poder del marketing de contenidos para transmitir sus mensajes. Del marketing de contenidos que se guía por los pilares del buen marketing, del que busca no solo satisfacer las necesidades y deseos del mercado, sino que promueve en bien común. El que brilla con luz propia y produce un impacto positivo y transformador en las audiencias.

Estos son 12 tipos de mensaje que puedes utilizar para conseguir esos resultados:

Moraleja

Este es el mensaje que quiero que grabes en tu mente.
No tienes que copiar los 'prompts' de nadie, no tienes que hacer 'copy + paste' de los contenidos de nadie y tampoco debes declararte víctima del bloqueo mental. Con lo que hay en ti (conocimiento, experiencias, valores, principios, sueños) es suficiente.

1.- El mensaje que EMPODERA.
 Rompe el molde, no se limita a lo establecido, derrumba mitos, se comunica sin tabúes. No se fija en las pavorosas tendencias y tampoco se refugia en las herramientas de inteligencia artificial para crear sus contenidos. Se enfoca en inculcar en el receptor la convicción de que posee inmenso poder para cumplir sus sueños y lo invita a utilizarlo, a aprovecharlo.

2.- El mensaje que GUÍA.
Básicamente, las historias de héroes (mentores). Todos amamos los héroes, todos somos héroes de alguna forma. Este tipo de mensaje apunta a que el receptor sea consciente de que es símbolo de fuerza, de poder, de transformación positiva. Algo importante: son mensajes en los que el concepto del acompañamiento durante el proceso cobra gran relevancia.

3.- El mensaje que INSPIRA.
Me interesa que comprendas la inspiración en qué sentido: no como ese rayo de luz espontáneo, producto de una iluminación, que se traduce en una idea genial. Es, más bien, la inspiración que te afirma que puedes ser quien quieras, lo que quieras. La que, además, te invita a abrir tus alas y volar libre en procura de tus sueños. Los límites los pones tú.

4.- El mensaje que DIVIERTE.
La vida no tiene por qué ser aburrida, y menos cuando la realidad cotidiana suele ser estresante, angustiosa, sinónimo de histeria. Este tipo de mensaje es ligero, entretiene, comparte alegría, es travieso y disruptivo. Mientras no caiga en lo ramplón o la ofensa, es bienvenido. No te prives de la recompensa que recibirás si le arrancas una sonrisa a tu cliente.

5.- El mensaje que SEDUCE.
No la seducción romántica, por supuesto. Más bien, como el proceso que nos permite entender que el deseo de placer mueve al ser humano. Este tipo de mensaje, entonces, te brinda opciones para disfrutar la vida, te invita a hacer lo que te gusta. Que te olvides de las preocupaciones, aunque sea por un rato, y te dediques a vivir al 1.000 % esos momentos.

6.- El mensaje que TRANSMITE CONFIANZA.
Es uno de los imprescindibles de cualquier estrategia de marketing de contenidos. ¿Por qué? Porque, no lo olvides, el marketing del siglo XXI consiste en establecer relaciones que redunden en un intercambio de beneficios. Te da seguridad para que te sientas bien, te cuida, te hace sentir arropado y protegido. Te dice que hay alguien con quien puedes contar.

7.- El mensaje que LIDERA.
A todos los seres humanos, sin excepción, nos gusta ser primeros, ganadores. O, cuando menos, estar al lado de ellos, de los líderes, de los referentes. Si eres uno, este mensaje te da autoridad, estatus y poder. Se asocia con la excelencia y la exclusividad. Incorpora una idea que es crucial: lo que tú ofreces no es para todo el mundo, no es más de lo mismo.

8.- El mensaje que ENSEÑA.
Otro de los mensajes habituales. Sin embargo, no puede quedarse en lo mismo de siempre o en lo mismo que hacen todos. Transmite conocimiento y experiencias útiles, prácticas, de aplicación inmediata y resultados rápidos. Es muy valorado si cumple la promesa. Una de las dos razones por las que la gente entra a internet es que busca conocimiento de valor.

9.- El mensaje que CONTAGIA.
Aporta las respuestas a los interrogantes que inquietan al mercado. Conecta a través de compartir conocimiento. Fomenta la curiosidad y la creatividad y promueve que esos clientes potenciales se decidan a seguirte. La clave de este tipo de mensajes es la sencillez, se enfoca en acciones que cualquiera puede realizar con éxito y que le facilitan la vida o el trabajo.

10.- El mensaje que UNE.
Muy importante en estos momentos. Transmite valores, principios, creencias y es empático. Además, inspira confianza y contribuye a establecer relaciones fuertes con el mercado. No te olvides que una necesidad básica del ser humano es la de la pertenencia, la de ser parte de algo que le dé sentido a su vida. Te permite forjar relaciones a través de la identificación.

11.- El mensaje que COMPROMETE.
Estrechamente ligado con el de inspiración. ¿Cómo? Su objetivo es el mismo: incentivar la acción, promover que tu cliente dé los pasos que lo lleven a cumplir sus sueños, que le brinden los resultados que le prometes. Se apalanca en ideas como “Tú lo puedes hacer”, “No te conformes con menos de lo que mereces”, “Eres un elegido” y más por el estilo.

12.- El mensaje que TRANSFORMA.
El final del proceso, del viaje de tu cliente. Demuestra cómo convertir lo que es corriente en algo extraordinario. Dibuja el camino que se va a seguir y resalta qué se requiere, cuáles son las eventuales dificultades y, por supuesto, el final. Proporciona herramientas sencillas y efectivas. Da cuenta del escenario en el que tu cliente quiere estar tras recibir tu ayuda.

Como ves, son variadas las opciones para no caer en la trampa del marketing de contenidos gritón e histérico. No tienes que copiar los prompts de nadie, no tienes que hacer copy + paste de los contenidos de nadie y tampoco debes declararte víctima del bloqueo mental. Con lo que hay en ti (conocimiento, experiencias, valores, principios, sueños) es suficiente.

El resto será encontrar el tono adecuado para comunicar un mensaje poderoso y de impacto que te permita conectar con otros. Ah, y disfrutar el proceso. ¿El formato? ¿Los canales? Eso, créeme, es secundario. Lo realmente importante es lo que puedes compartir con otros para que su vida sea un poquito mejor. Es una aventura apasionante de la que, te lo aseguro, no te arrepentirás.

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