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Tú puedes escribir una historia que sea digna de contar

Nada, absolutamente nada, sucede por azar o casualidad. Tu vida tampoco es un plan que ya está trazado de antemano y que es inmodificable. Todo, absolutamente todo lo que nos sucede, es consecuencia de nuestras acciones y decisiones, de lo que hacemos y de lo que dejamos de hacer. Y además de cómo lo hacemos. En esencia, cada uno es responsable de la vida que tiene.

Lo que hemos vivido en los últimos meses nos ha dejado claro que la vida es un ratico, como suele decir Juanes. En un abrir y cerrar de ojos nos cambia o, más triste, se nos escapa. Y cuando se trata de situaciones o circunstancias ajenas a nuestro control, poco o nada podemos hacer. Esa es una visión que, por lo general, asociamos a en especial los hechos negativos que nos ocurren.

Sin embargo, por fortuna, no todo lo que nos sucede es negativo. De hecho, si miras a tu alrededor vas a encontrar mil y un motivos para agradecerle a la vida cuanto te ha dado y te sentirás bendecido y afortunado porque no te falta nada de lo básico. Y si miras con más atención, comprobarás que hay muchas cosas que te sobran, que has recibido más de lo que necesitas.

La vida es un ratico y, por eso, si tomas las decisiones correctas, también comprobarás que estás en capacidad de construir la vida que deseas. Porque, y esta es una poderosa lección a la que a veces no le prestamos atención, tu vida también puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos, pero para bien, para mejor. Cuando te das la oportunidad, tu vida puede ser algo extraordinario.

¿Por qué te menciono esto? Recientemente fui parte del Congreso Somos Emprendedores Digitales, organizado mi amigo y mentor Álvaro Mendoza y su socio Benlly Hidalgo. Fue la cuarta edición del evento, que los dos primeros años se realizó de modo presencial en Vigo (España). El año pasado, en septiembre, migró al escenario digital por las circunstancias y ahora repitió.

Fui uno de los 21 panelistas invitados y durante tres intensos días adquirí un valioso aprendizaje. Que, valga decirlo, aún no termino de digerir y que se multiplicará cuando tenga la oportunidad de revisar las grabaciones de cada una de las charlas. ¿Lo mejor? Comprobar, una vez más, que nada de lo que hacemos, nada de lo que sabemos, tiene sentido si no lo compartimos con otros.

Y en esta ocasión, en especial, fue muy grato hacerlo porque contamos con una audiencia que fue generosa, participativa y que nos nutrió a todos los panelistas con sus preguntas inteligentes, con una retroalimentación honesta y cargada de energía positiva. Lo mejor de compartir algo con otros es que esas personas lo reciban, lo aprecien y lo valoren, una premisa que se cumplió a cabalidad.

Fueron diversas las conclusiones valiosas al cabo de estos tres días y a continuación comparto contigo algunas que sé pueden ser de provecho para tu vida y tu trabajo:

1.- La magia la tienes tú. Desde hace años, y especialmente en los últimos meses en los que se dio una obligada e inesperada explosión del tema digital, nos dicen que, si dominas las herramientas, si aprendes lo básico de la tecnología, si te mides al reto de montar un negocio en internet, corres el riesgo de convertirte en un millonario en poco tiempo. Y, no, no es así, esta es una gran mentira.

Como si nos hubiéramos puesto de acuerdo (algo que, por supuesto, no ocurrió), los ponentes fuimos reiterativos en un concepto: la tecnología y sus herramientas son increíbles, pero esa transformación que todos ansiamos solo es posible a través del poder de los seres humanos. De nuestro conocimiento, nuestras experiencias, nuestros dones y talentos y de nuestra pasión.

No es un celular, un computador, un autorrespondedor o un chatbot lo que te permitirá construir la vida que deseas y, sobre todo, brindarle bienestar a tu familia y dejar huella en este mundo. Ese, por fortuna, es un privilegio de los seres humanos. El éxito de tu negocio no lo puedes medir por el monto de las ventas, sino por la calidad del impacto que puedas provocar en la vida de otros.

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2.- El poder de lo básico. Esto fue algo que me encantó, te lo confieso. Una de las razones del éxito de SED-2021 fue que varios de los panelistas son emprendedores de la vieja guardia. ¿A qué me refiero con esto? A personas que aprendieron de marketing digital cuando internet estaba en pañales, cuando no había redes sociales, ni wifi, ni conexiones de banda ancha, ni fotos digitales.

Estos dinosaurios digitales, sin embargo, tienen un valor imposible de tasar en dinero: todos se formaron cuando se enseñaba el marketing de antes, conceptos que están vigentes hace más de un siglo. No solo dominan los pilares del emprendimiento, sino que han sabido adaptarse a las exigencias del mercado, se actualizan constantemente y, lo mejor, son eternos aprendices.

Así como durante la pandemia la vida nos enseñó el valor de lo esencial, nos invitó a alejarnos de la histeria mediática y a regresar a lo simple, en SED-2021 redescubrimos el poder de lo básico en el marketing. Y algo que es fundamental: el marketing del siglo XXI no consiste en vender, sino en servir. El éxito se refleja en tu capacidad para genera transformación con tu conocimiento.

3.- El poder del mensaje. Lo que más me impactó, y es el aprendizaje que quiero transmitirte en esta nota, es que en esta era de la revolución digital, de la tecnología y de la comunicación, la clave del éxito está en el mensaje, en el poder de tu mensaje. Y, ¿sabes qué es lo mejor? Que, aunque no lo creas, tú tienes un mensaje poderoso para transmitirles a otros, para ayudar a otros.

No necesitas ser periodista, presentador de televisión o experto en la creación de videos. Lo que tú no sabes hacer, otros te lo pueden enseñar o, mejor, lo harán por ti. En cambio, nadie puede enseñarles a otros lo que tú sabes, lo que tú has vivido; nadie puede compartir el valor de tus experiencias, de tus fracasos, de tus logros. Nadie puede cumplir tu misión o tu propósito.

Todos llegamos al mundo por una razón y nuestra existencia solo tiene sentido si somos capaces de honrarla. Aunque no te hayas dado cuenta, tienes un mensaje poderoso que puede ser útil para otros, que otros necesitan ansiosamente. No importa qué hagas o a qué te dediques, ni cuál sea tu área de especialidad: la vida te encomendó una misión y tu mensaje es tu mejor herramienta.

Moraleja: como expresaron varios de los panelistas durante el evento, siempre estamos en crisis, siempre hay problemas, siempre hay competencia, siempre hay dificultades, siempre hay errores. Así fue antes de internet, así es hoy y así será mañana. Eso, sin embargo, no es obstáculo para que te prives de la vida que anhelas, para que te conformes con algo menos de lo que te mereces.

Si miras a tu alrededor, estoy seguro de que solo verás bendiciones. Pero, también, a personas que no son tan afortunadas como tú o como yo, personas que sufren, que tienen carencias básicas y que, en especial, ansían que alguien las escuche y las ayude. Y todos, absolutamente todos, podemos aportar algo a través del conocimiento, la experiencia, la pasión y vocación de servicio.

Nada, absolutamente nada, sucede por azar o casualidad. Todo, absolutamente todo lo que nos ocurre, es consecuencia a nuestras acciones y decisiones, de lo que hacemos y lo que dejamos de hacer. Cada uno es el único responsable de la vida que tiene y entender que la vida es un ratico y puedes hacer de ella algo extraordinario, tú puedes escribir una historia que sea digna de contar.

Si eres una persona que se unió a esta aventura luego del SED-2020, muchas gracias por continuar aquí. Hemos dado unos pocos pasos, que espero hayan sido enriquecedores, y es largo el camino que falta por recorrer. Lo mejor es que son muchas las experiencias que vamos a compartir, lo que vamos a aprender y, en especial, lo que nos podemos ayudar. Tu confianza es mi combustible.

Si eres una persona que acaba de unirse a este viaje, bienvenido a la familia. Sí, porque eso somos quienes cada día hacemos lo máximo para cumplir nuestros sueños, para ayudar a otros, para transformar este mundo en algo mejor. Un solo consejo que pueda servirte me compensará y ayudarte a despertar el buen escritor que hay en ti es mi misión, mi compromiso y mi pasión.

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